La casa de subastas Ansorena, una de las más veteranas de España, ha retirado una decena de falsificaciones chapuceras de dibujos del Nobel Santiago Ramón y Cajal que había puesto a la venta con un precio de salida de 1.000 euros, según ha confirmado una portavoz de la empresa a EL PAÍS. El lote incluía supuestos estudios del cuerpo humano y una imitación muy burda de una de las obras más famosas del científico: una neurona dibujada en 1906, tan conocida que incluso apareció en un capítulo de la serie de televisión estadounidense The Big Bang Theory. Cajal ganó el Nobel de Medicina aquel año por demostrar que el cerebro humano está organizado en estas células independientes. Sus dibujos originales, de valor incalculable, son célebres y se han expuesto en instituciones como el Museo Peabody de Estados Unidos y el Imperial College de Londres.El ingeniero químico Marcos Larriba, autor del libro Ramón y Cajal. El ocaso del genio (editorial Amarante), dio la voz de alarma el lunes en sus redes sociales tras enterarse de la subasta de dibujos. “Son obra de un falsificador que lleva años imitando la obra y su firma”, advirtió. Larriba ha pasado casi una década siguiendo el rastro de este misterioso estafador. Cuenta que la primera vez que se topó con dibujos falsos similares fue en una tienda del Rastro de Madrid en la calle de Mira el Río Baja, alrededor de 2017. Había varios a la venta, colgados en una pared.A finales de junio de 2017, la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza anunció que había adquirido un dibujo original de Cajal, titulado Individuo bicéfalo, en el que aparecían dos cabezas unidas, con la supuesta firma del científico. “El dibujo se relaciona con los estudios de Cajal sobre embriología y nos muestra su doble faceta artística y científica”, proclamó entonces la universidad en un comunicado. Larriba avisó a la institución de que se habían tragado una estafa. La rúbrica ni siquiera se parecía a la de Cajal. La falsificación salió a la venta por 70 euros en la casa de subastas madrileña El Remate.Dibujo atribuido falsamente a Cajal y comprado por la Universidad de Zaragoza en 2017.Universidad de ZaragozaUna portavoz de la Universidad de Zaragoza detalla que la institución pujó hasta pagar 170 euros. “En el momento de la adquisición se consideró verosímil la autoría de Cajal, sobre todo por la web de la casa de subastas en la que se anunciaba”, afirma la misma fuente. Un investigador de la universidad alertó meses después de que posiblemente era una obra falsificada. “A pesar de las dudas, no se realizó denuncia a la policía, a la espera de una prueba irrefutable de su falsedad, y la Biblioteca ha seguido manteniendo en custodia el dibujo, aunque, por las dudas que se generaron, el dibujo nunca ha sido expuesto”, añade la portavoz.“Yo diría que el autor es siempre el mismo”, sostiene Larriba, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. “Debe haber 20 o 30 dibujos falsos circulando, seguro”, opina. Este detective académico también ha encontrado estas falsificaciones toscas en plataformas de compraventa como Todocolección y Wallapop. En la casa de subastas barcelonesa Soler y Llach se intentó vender un supuesto boceto de Cajal, que en realidad era un calco infantil de una ilustración del siglo XVI de un torso humano. Cuando el enigmático estafador intenta imitar una obra original de Cajal, el resultado, a ojos de cualquier experto, es el equivalente científico de la desastrosa restauración del Ecce Homo de Borja.La calidad de los dibujos es tan ínfima que desacredita los protocolos de autentificación de las empresas implicadas, como han denunciado varios expertos en las redes sociales. “Menuda basura. Espero que Ansorena los retire inmediatamente y no colabore en una estafa”, alertó el lunes el neurocientífico José Ramón Alonso, catedrático de la Universidad de Salamanca. “Lo veo y no lo creo. Si así han autentificado los dibujos de Cajal, como para fiarse del resto”, criticó el neurólogo David Ezpeleta, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología. La portavoz de Ansorena ha declarado a este periódico que la política de la casa de subastas es no revelar la identidad de los propietarios de las obras a la venta. “Lleva años falsificando dibujos. Es muy malo, pero si continúa es porque los vende. Hay que ser bobos”, señaló el lunes el neurobiólogo Juan Andrés de Carlos, que durante dos décadas fue responsable del llamado Legado Cajal: casi 30.000 piezas, sobre todo dibujos de células nerviosas, rodajas de cerebros, manuscritos y asombrosas fotografías, que hoy se custodian en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid, a la espera de que el Gobierno de Pedro Sánchez cumpla su promesa de crear un Museo Cajal. “¡Ansorena, retira estos bodrios!”, clamó De Carlos. El neurobiólogo, del Instituto Cajal, relata a EL PAÍS que un día se presentó en su centro un hombre con un dibujo obviamente falsificado que había comprado para su nieto, estudiante de Medicina. “Me dolió mucho tener que decirle que era falso”, lamenta.Dos de los supuestos dibujos de Cajal retirados de la subasta de Ansorena.La casa de subastas madrileña Segre preguntó hace ocho meses a Larriba por un dibujo atribuido al escultor toledano Víctor González Gil, en el que aparecía una presunta dedicatoria escrita por el científico, pero con una letra parecida a la del misterioso estafador: “Gracias por tu colaboración / Víctor mi amigo / 1931″. Cajal era entonces un jubilado enfermo y sordo, que a sus 79 años había reducido al mínimo su contacto con el mundo. El artista era un estudiante de Bellas Artes de 19 años. La relación entre ambos es inverosímil. Larriba respondió: “En mi opinión, esa grafía y firma nada tienen que ver con Santiago Ramón y Cajal. No he visto nunca un dibujo de Cajal dedicado y mucho menos un dibujo de otro autor”, sentenció. El profesor explica que ignoraron su apreciación y lo vendieron por 600 euros. La casa de subastas Segre, que defendió su autenticidad, tiene ahora a la venta por 700 euros otra obra del toledano con otra supuesta dedicatoria de Cajal. Este periódico preguntó el martes por la noche a dos catalogadores de Segre si están al tanto de este posible fraude, sin recibir respuesta por el momento.El propio ganador del Nobel denunció el uso de su nombre para todo tipo de estafas, en una carta publicada en el diario El Sol el 22 de abril de 1926. Se titulaba: “De cómo se explota mi modesto nombre por ciertos desaprensivos industriales”. Su firma aparecía por entonces en multitud de anuncios propagandísticos. “Este abuso cometido por algunos industriales consiste en atribuirme gratuitamente la ejecución de análisis de específicos, de vinos medicinales, de aguas minerales, desinfectantes, papeles de fumar, dentífricos y otros productos que ni de oídas conozco”, se quejaba Cajal. “Rectifiquen, pues, su conducta para conmigo los mencionados industriales. Borren mi nombre de sus reclamos y etiquetas […]. Apelo a su rectitud y nobleza”.¿Tienes más información sobre este caso u otros similares? Puedes escribirnos a mansede@elpais.es

Un estafador vuelve a colar falsificaciones cutres de dibujos de Cajal en una casa de subastas | Ciencia
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