Marte es frío, seco y con frecuencia se ve azotado por tormentas de polvo que pueden durar semanas. No tiene un campo magnético que le proteja de la radiación cósmica, tampoco oxígeno ni una atmósfera respirable y su gravedad es mucho más baja que la de la Tierra. Y, sin embargo, Elon Musk afirma que los seres humanos establecerán las primeras colonias marcianas en solo 20 años mientras grupos de millonarios salen de la atmósfera en naves de Blue Origin, la empresa espacial de Jeff Bezos. ¿Está la colonización del sistema solar más cerca?Más informaciónKelly Weinersmith (New Jersey, EEUU, 42 años) es escritora experta en el espacio e investigadora en biociencias en la Universidad Rice, donde estudia parásitos y cómo estos manipulan el comportamiento de los huéspedes a los que infectan. Mientras investigaba junto a su marido, el ilustrador Zach Weinersmith, para escribir Un ascensor en el espacio (Blackie Books) —en el que analiza las tecnologías que podrían volverse realidad en un futuro no muy lejano—, una de ellas, llevar material al espacio de una forma más barata, se volvía realidad con Space X, la empresa espacial de Elon Musk. Sin embargo, ese es solo uno de los muchos problemas que plantea la colonización del espacio y que sus defensores, como Musk o Bezos, tienden a ignorar. Asuntos como la reproducción humana fuera de la Tierra, conseguir una economía marciana independiente o las leyes espaciales que regularían, o no, un futuro e improbable, según Weinersmith, asentamiento en Marte. Así, el matrimonio escribió A City on Mars (Una ciudad en Marte, Pinguin Random House) que en octubre gabó el premio Trivedi de la Royal Society británica y alcanzó los primeros puestos en la lista de los libros más vendidos del New York Times. Su publicación en España está prevista para octubre. Pregunta. Elon Musk afirma que aterrizaremos en Marte en cuatro años y podremos vivir allí en una ciudad autosuficiente antes de 2050. Sin embargo, Space X está teniendo problemas con sus cohetes Starship que explotaron en los tres últimos lanzamientos.Respuesta. Cuando investigábamos para escribir Un ascensor al espacio, hablamos con gente de la industria espacial y estaban entusiasmados porque Space X estaba reduciendo el coste de lanzar material al espacio y es verdad que han hecho un trabajo increíble, ahora es mucho más barato. La minería de asteroides también parecía importante. Había dos grandes empresas, Deep Space Industries y Planetary Resources, y cuando entrevistamos a la primera, nos dijeron que íbamos obtener recursos de los asteroides y utilizarlos para construir colonias espaciales. La comunidad que aboga por la colonización del espacio decía que lo que la frenaba era el precio de enviar todos los recursos que necesitaríamos, por ejemplo, el agua, nitrógeno o fósforo para cultivar plantas. Solucionado el precio con Space X y con la posibilidad de obtener recursos de los asteroides, eso debería abrir la puerta a los asentamientos espaciales. Sin embargo, la minería de asteroides ha quedado un poco en el olvido. En cuanto a Musk, espera poder utilizar Starship para llevar a un millón de personas a la superficie de Marte en los próximos 20 o 30 años, pero sus cohetes no dejan de explotar. Afirman que es lo esperado y es verdad, cuando se prueban nuevas tecnologías es normal que algunas fallen. Pero cuanto más investigamos, más claro estaba que llevar material al espacio es solo uno de los muchos problemas. Quizá estemos haciendo grandes progresos ahí, pero no en los muchos otros problemas que habría que resolver para mantener a un millón de personas en el espacio: cómo podrían reproducirse, alimentarse, crear ecosistemas habitables, pensar en una posible legislación… Lo que resulta un poco frustrante es que Musk diga que su trabajo es llevar a la gente al espacio y que otras personas deben resolver los demás problemas. P. ¿Las agencias espaciales comparten esta visión? R. No creo que la NASA o la Agencia Espacial Europea estén muy entusiasmadas con los asentamientos espaciales, no veo que destinen mucho dinero. Recientemente la NASA llevó a cabo un experimento en el que cuatro personas vivieron en un hábitat durante un año para estudiar aspectos psicológicos y alimenticios relacionados con la vida en el espacio, pero en general no están invirtiendo. Son principalmente Bezos y Musk los que impulsan este discurso y las inversiones.Kelly Weinersmith, en la ceremonia del Premio Trivedi del Libro de Ciencias de la Royal Society 2024 en la Royal Society de Londres. Imagen cedida por la autora.The Royal SocietyP. ¿Por qué cree que Musk habla de plazos tan cortos? R. No creo que sea su responsabilidad resolver todos los problemas relacionados con los asentamientos espaciales, pero sí asegurarse de que tengamos soluciones para ellos antes de enviar gente. Sus plazos me parecen un reflejo de que, o no es consciente de los otros problemas, o piensa que enviemos a la gente y ya veremos qué pasa. P. Parece que en este momento tendamos a ignorar la complejidad en favor de la simplicidad. Y si hay algo complejo, sin duda es tratar de vivir en un entorno tan hostil como el espacio. R. Sí, creo que la mayoría de la gente no quiere complejidades, solo quiere saber: ¿puedo hacer esto o no? Y la respuesta es que probablemente sí, pero primero tenemos que responder un montón de preguntas. Nos han invitado a muchas conferencias sobre colonización espacial. Suelen decirnos: “En realidad no queremos que estéis aquí, sois un poco pesimistas, pero tenéis argumentos válidos así que vamos a escucharos”. Hemos podido llegar a gran parte de la comunidad que apoya los asentamientos y están dispuestos a mantener estas conversaciones, lo cual es estupendo. Pero luego hay otras personas que te acorralan y dicen: “No puedes impedirme ir al espacio”. Les respondo que no tengo poder para impedir que nadie haga nada. Y cuando les pregunto si no les preocupa lo poco que sabemos sobre cómo va a responder el cuerpo humano al entorno marciano, a veces responden: “Eres una cobarde, todo irá bien”. Hay una larga historia de cuestiones médicas: la degradación de los huesos con el tiempo, los músculos… También hay otras personas que no quieren esperar las décadas que quizá se necesiten para acumular los conocimientos necesarios para determinar cuáles son los riesgos y cómo minimizarlos. Una vez le dije a alguien: “Creo que, si vas a la superficie de Marte, morirás”. Me respondió: “No pasa nada, si muero en Marte, moriré feliz”. P. Habla de que los asentamientos espaciales se contemplan como un escape a las realidades terrestres y como solución a todos nuestros problemas: la crisis climática, la desigualdad social… Un plan B para la Tierra. R. Dependiendo de la comunidad con la que hables, todos tienen respuestas diferentes sobre cómo el espacio va a resolver nuestros problemas. Bezos sostiene que el espacio va a resolver los medioambientales. Tenemos demasiada población que ejerce presión sobre la Tierra, pero si pudiéramos trasladar a miles de millones de personas al espacio entonces ya no lo tendríamos. Pero cuando empiezas a analizar las cifras, inmediatamente ves que no tiene sentido, tendríamos que trasladar a unas 200.000 personas cada día. ¿Cómo se puede imaginar que se va a poder trasladar a tanta gente al día cuando la Estación Espacial Internacional suele albergar diez personas y ni siquiera gira? No hay forma de que el espacio pueda resolver los problemas de la Tierra en nada, ni mucho menos lo suficientemente rápido como para salvarnos de asuntos como el cambio climático. Tenemos que abordar los problemas de la Tierra de forma directa. El espacio no nos va a ayudar. P. Otra idea es la del filósofo Frank White, el “efecto de perspectiva global”, que supone que ir al espacio nos hará éticamente mejores.R. Sí, la idea es que vas al espacio y, cuando miras la Tierra, te sientes tan impresionado por su belleza y por su aparente fragilidad que al volver te preocuparás por la protección del medio ambiente y menos por las divisiones políticas porque desde el espacio has visto que no hay fronteras, lo cual es falso. Se puede ver la frontera entre India y Pakistán y las fronteras entre Corea del Norte y Corea del Sur. Nuestros problemas políticos son visibles desde el espacio. Y el comportamiento de los astronautas cuando regresan es como el resto de nosotros: engañan a sus esposas, mienten, se enfadan con el bando político contrario… El espacio no resuelve nuestros problemas, en todo caso, podría agravar algunos de ellos. P. ¿Por ejemplo? R. Si acabamos peleándonos por el territorio de la Luna o Marte podría aumentar las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, que no son muy buenas. Y ambos somos superpotencias nucleares. En esta nueva carrera espacial no se trata solo de poner un pie en la Luna y volver, sino de poner un pie y luego quedarse allí y tal vez extraer recursos o establecer estaciones de investigación. En la Luna hay muy pocos lugares donde se pueda obtener agua a partir de hielo o donde se pueden utilizar paneles solares mucho tiempo. Así que puedes imaginar que habrá una lucha y, en este momento, el derecho internacional no está preparado para lidiar con ello. P. El Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967 prohíbe reclamar la soberanía en todo el espacio. R. Es cierto. EEUU no podría, por ejemplo, aterrizar en el polo sur lunar y decir: “Este cráter nos pertenece, ahora es parte de nuestra nación”. Pero sí se puede llegar allí primero, aterrizar y no marcharse nunca. Y según los Acuerdos Artemis de 2020, publicados por la NASA y firmados de momento por unas 50 naciones, también puede declarar una zona de seguridad en la que nadie puede entrar. Y hay una buena razón para tener una zona de seguridad: si otro cohete aterrizara cerca podría enviar escombros a velocidades muy altas y al no haber atmósfera, irían rápido y muy lejos lo que podría dañar equipos y personas. Por lo tanto, es razonable decir que necesitamos crear un perímetro de seguridad. Pero parece una cuestión de soberanía. Así que puedes imaginar que habrá una lucha por el espacio lo que aumentará las tensiones geopolíticas en la Tierra.P. Musk afirma en los términos de su servicio de internet, Starlink, que si operan en Marte no estarán sujetos a las leyes terrestres. R. Eso incumple claramente el derecho internacional. En el espacio sigues siendo responsabilidad de alguna nación. Hay gente que afirma que va a burlar el derecho internacional en el espacio y son precisamente estas personas las que tienen más posibilidades de llevarnos allí.

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