“La lógica te llevará de A hasta B. La imaginación te llevará a todas partes”. Esta frase, atribuida a Albert Einstein, refleja el pasado reciente y el futuro de Aston Martin. Si tenemos en cuenta lo visto este invierno, el sentido común (lógica) lleva a pensar que la escudería de Silverstone y Fernando Alonso, su cabeza de cartel, iban a pasarlo mal en los primeros compases del Mundial de Fórmula 1. Al mismo tiempo, la estructura británica se ha encadenado a la magia de Adrian Newey, el ingeniero más influyente de la historia reciente del campeonato, para que sus dibujos (imaginación) afilen los monoplazas de los próximos cursos. El trayecto es largo para quienes se empeñan en poner en duda la evidencia: Aston Martin figura séptima en la clasificación, y los 10 puntos que acumula son de Lance Stroll. Su vecino de taller todavía no se ha estrenado y firma su peor arranque de temporada desde que decidió dejar Ferrari y regresar a McLaren (2017).Los indicativos llevan a pensar que el proyecto pasa por un evidente periodo de transición, que seguramente culminará el año que viene, con la entrada en escena de la nueva normativa que debería hacer tabla rasa. Aston Martin presentará entonces el primer coche concebido por Adrian Newey, sobre quien Lawrence Stroll, el propietario del tinglado, y también Alonso, han puesto toda esperanza. El problema para la estructura de los bólidos verdes es que falta mucho y las perspectivas a corto plazo no son nada favorables. En Bahréin, donde este domingo (17.00 horas, Dazn) se celebra la cuarta parada del calendario, el asturiano volverá a marcarse el imposible de estrenar su casillero, tras un viernes negro que derivó en un sábado de brega y que anticipa una carrera de codos. En su 50º gran premio enfundado en el mono de Aston Martin, el español arrancará el 14º, muy lejos de la pole que se adjudicó Oscar Piasrti, y de la octava plaza en la que formará Carlos Sainz.Más informaciónEn la F1 actual, cada minuto subido al coche tiene una relevancia capital, y perderse la mayor parte de las dos primeras sesiones, como le ocurrió a Alonso en Bahréin, limita las posibilidades de extraer el máximo potencial de un monoplaza al que ya de por sí se le ven las costuras. En el primer ensayo libre, el ovetense cedió su volante al brasileño Felipe Drugovich, el piloto reserva. En el segundo, fue ese mismo volante el que le dio problemas a él; una avería hizo que se le saliera de la tija de dirección a final de recta y le llevara de vuelta al taller, donde se quedó la mayor parte del entrenamiento. “No tenemos ritmo. Las características de Bahréin nos preocupaban y, efectivamente, nuestro paquete no es competitivo”, reconoció Alonso.Aston Martin ya no es capaz de esconder que su prototipo no está a la altura que debería. Y las personas señaladas van saliendo a la luz. A finales de noviembre se conoció que Dan Fallows, el director técnico que se incorporó en 2022 procedente de Red Bull, y que fue clave en la concepción del AMR23 (2023) con el que Alonso logró ocho podios, dejaría su puesto a Enrico Cardile, que llegó de Ferrari y que comenzó este curso. En un primer momento, Fallows debía reubicarse en otra división de la compañía, pero Autosport desveló este sábado que, en realidad, la abandonará.

Aston Martin sigue muy verde: Alonso saldrá 14º en Bahréin | Fórmula 1 | Deportes
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