Miriam Segura vivía en Canadá cuando enfermó de cáncer. Durante su tratamiento en la séptima planta del hospital Princess Margaret en Toronto, descubrió que había una campana que tocaban los pacientes oncológicos cuando terminaban el tratamiento o había una mejoría en el mismo. “Ella se enamoró de la campana. Cada vez que la escuchaba, Miriam decía: ‘‘yo también la voy a tocar”, recuerda Concha Navarro, su madre. “Su ilusión era traerla a España. Quería que el resto de pacientes sintieran lo mismo que ella al oír la campana”, recuerda.La primera campana bajo esta iniciativa se trajo a España en 2018. Se instaló en el hospital Costa del Sol de Málaga. “Al año de fallecer mi hija, cuando me encontré un poco más fuerte, pusimos la campana donde ella se trató por primera vez, en el lugar que ella quería y señaló”, comenta Navarro. “Una vez puesta, dije: ‘ya está tu campana’, pensando en que solo iba a poner una, pero a la semana nos empezaron a llamar el resto de hospitales de Málaga para ponerla también”, recuerda. En dos meses todos los hospitales de Málaga pudieron tener la ilusión de Miriam. Navarro no se esperaba que colocar la campana en el Costa del Sol iba a tener la repercusión que tuvo en toda la provincia. Y así es como comienza el proyecto la “campana de los sueños”, apoyado por la Asociación Española contra el Cáncer.Concha Navarro, durante la inauguración de la primera ‘Campana de los sueños’ en el Hospital Costa del Sol, de la AECC, iniciativa de Miriam Segura NavarroJunta de AndalucíaEl proyecto no se quedó solo en Málaga, sino que los hospitales, primero de todas las provincias andaluzas, y después de otras comunidades autónomas, llamaron a Navarro para acoger su proyecto. “Los jefes de radioterapia de hospitales públicos y privados me llamaban reclamando su campana”. Incluso ha traspasado las fronteras españolas, instalando una en Cancún, en México, uno de los sitios favoritos de Miriam donde también tienen familia.La campana no solo era la ilusión de Miriam por encontrar una esperanza, sino que va más allá. Tiene un poema, escrito por ella misma, que se puede leer al tocarla. “Estaba con ella saliendo de una sesión de radioterapia, y se le vino a la cabeza. Quiso ponerlo en la campana”, recuerda Navarro. “Era una sensación de vivir el día a día, de soñar con vivir, pensar que no es una pesadilla, el perdonar todo, el quedarnos con amar la vida y a las personas”, describe sobre los versos que le hacía sentir la campana a Miriam.Málaga (España) 03/04/2025 Entrevista a Concha Navarro en el Hospital Virgen de la Victoria, impulsora de la ”Campana de los Sueños” de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), destinada a celebrar la finalización de los tratamientos oncológicos.
Foto: García-SantosGarcía-Santos (El País)El legado y deseo de Miriam, a menudo desconocido entre aquellos que padecen cáncer, ha podido llegar a muchos pacientes, que han podido tocar la campana gracias a la iniciativa recuperada por su madre. Una de ellos es Recuerdo Arroyo, paciente del hospital Clínico San Carlos de Madrid. Tocó la primera campana que se ha instalado en la capital el 19 de febrero durante su inauguración. “Yo desconocía que existía. Me preguntaron si podía tocar la campana. Terminaba el tratamiento ese día, y cuando me lo propusieron un par de días antes, me conmovió por la historia de Miriam”, comenta por teléfono. “Poder tocar la campana te da fuerza, vida y esperanza”, describe Arroyo, que pudo tocar la campana visiblemente emocionada.Valeria Moriconi, psicooncóloga de la Fundación Aladina, afirma que la campana de Miriam puede llegar a suponer “energía para llegar a desbloquear un hito”, como es en este caso el gesto de tocarla, que simboliza finalizar el tratamiento. “El ser humano necesita símbolos, y en este caso es un cambio de status de paciente a superviviente”. Aunque avisa que “no siempre tenemos porqué estar bien” tras superar esa meta, ya que durante los tratamientos oncológicos no se está exento de sufrir episodios de estrés postraumático.Y como Arroyo, cientos de personas más han podido experimentar ese momento que enamoró a Miriam. Su historia ha conmovido a todas las personas que están sufriendo la enfermedad y que han podido conocer el significado de la campana, Cada año, lamentablemente, son más, pero ven en ese deseo que trajo Miriam a España, una ventana de esperanza a seguir día a día. Navarro seguirá llevando la campana a cada hospital que la quiera, porque llevar la campana a cada rincón oncológico y de radioterapia en España es para ella “poner un trocito de mi hija en cada hospital”.

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