El papa Francisco recibió este domingo en su residencia del Vaticano al vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, que se encuentra en Roma desde el viernes, en un viaje a caballo entre el trabajo y las vacaciones. Según ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede en un comunicado, el Pontífice se reunió con el estadounidense en la Casa Santa Marta, la residencia de sacerdotes en la que vive, para un breve saludo y para intercambiarse una felicitación por el Domingo de Resurrección, una de las celebraciones más importantes para los cristianos. El encuentro “duró solo algunos minutos, el tiempo para intercambiarse la felicitación por la Pascua”, se lee en la nota. Aunque prevalece la diplomacia, ambos mantienen un desacuerdo patente sobre los planes de deportación de migrantes del Gobierno de Donald Trump.Después del saludo, el Papa, que aún se encuentra convaleciente después de padecer una neumonía bilateral, por la que estuvo ingresado 38 días en el hospital, se dirigió en silla de ruedas al balcón de la basílica de San Pedro, desde donde impartió la bendición Urbi et Orbi, a la ciudad y al mundo, como es tradicional en esta festividad. Desde allí, sin las cánulas de oxígeno que solía llevar en otras ocasiones, pronunció unas breves palabras: “Queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua”, dijo con un notable esfuerzo para emitir la voz. Y señaló que a continuación se iba a leer el mensaje pascual que había preparado. Más tarde, recorrió la plaza a bordo del papamóvil, para saludar a los fieles, que lo aplaudían y vitoreaban.J. D. Vance junto al papa Francisco en el Vaticano, este domingo.VATICAN MEDIA HANDOUT (EFE)Francisco, aunque por prescripción médica debe guardar reposo de dos meses, está tratando de retomar su agenda en este tiempo, aunque naturalmente de forma limitada por su estado de salud aún delicado y ha comenzado a conceder audiencias como a los reyes de Inglaterra, Carlos III y Camila, hace unos días, o al personal del hospital Gemelli de Roma, en el que estuvo ingresado. Sigue realizando fisioterapia motora y respiratoria para mejorar la movilidad y recuperar el habla, que suele perderse cuando se padece una dolencia grave de este tipo, según han explicado los médicos.El encuentro con Vance, al que recibió a las 11.30 de la mañana, media hora antes de salir al balcón de la basílica, fue breve. Mientras ambos se saludaban, en la plaza de San Pedro se estaba celebrando la misa del Domingo de Resurrección, presidida por el cardenal Angelo Comastri, que leyó la homilía que había preparado Francisco.El papa Francesco durante el ‘Urbi et Orbi’, en la plaza de San Pedro este domingo.Foto: Vatican Media/LaPresse (UFFICIO STAMPA) | Vídeo: EPVVance se había reunido también este sábado con el secretario de Estado Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, con quien “intercambió puntos de vista sobre la situación internacional, especialmente sobre los países marcados por la guerra” y sobre “situaciones humanitarias difíciles, con especial atención a los migrantes, refugiados, y presos”, según informó el Vaticano en un comunicado.Ala católica ultraconservadoraEl vicepresidente estadounidense, que se convirtió al catolicismo en 2019, ha pasado los días de Semana Santa en Roma y ha acudido a algunas ceremonias religiosas en el Vaticano. Vance forma parte del ala católica ultraconservadora de Estados Unidos, que no oculta sus críticas al papa Francisco. Una de las cuestiones que más les divide es el trato a los migrantes y los planes de la Administración Trump para deportar a inmigrantes en masa. La atención y la acogida de los migrantes es una de las piedras angulares del pontificado de Francisco. De hecho, en febrero, pocos días antes de ser hospitalizado, criticó las deportaciones masivas y en una carta enviada a los obispos estadounidenses advirtió de que estas prácticas “lastiman la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión”.En la misma misiva, aunque sin ningún tipo alusión directa, Francisco parecía responder a Vance, que en sus discursos había sugerido que la doctrina católica aprobaba este tipo de políticas y recordó que la Doctrina Social de la Iglesia “exhibe con gran fuerza” el hecho de que Jesucristo “también eligió vivir el drama de la inmigración”.Vance ha aceptado las críticas de Francisco, pero ha dicho que continuará defendiendo sus puntos de vista y ha reconocido que se considera un “católico bebé” que todavía “no sabe todo” sobre la fe.El Vaticano, aunque mantiene su tradicional neutralidad diplomática, ha lamentado también los recortes de la Administración Trump a la cooperación internacional.El papa Francisco, saluda a una niña en la plaza de San Pedro este domingo. Vatican Media/LaPresse (UFFICIO STAMPA)En su mensaje pascual, leído por monseñor Diego Ravelli, que es el maestro de las ceremonias litúrgicas pontificias, ha lamentado “cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes”. Como es tradicional, el Papa suele dedicar su discurso el día del Domingo de Resurrección a reflexionar sobre las guerras y las crisis abiertas en todo el planeta, en un tono especialmente crítico.En esta ocasión, ha reclamado “paz sobre toda Tierra Santa y sobre el mundo entero”. Y ha mostrado su cercanía “al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino”. También ha denunciado que resulta “preocupante el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo”. Y ha dirigido un pensamiento “a la población y, de modo particular, a la comunidad cristiana de Gaza, donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, y provocando una dramática e indigna crisis humanitaria”. También ha lanzado un llamamiento a las partes beligerantes: “Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente, que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz”. Además, ha pedido “un verdadero desarme” y ha rezado por Líbano, Siria, Yemen, Armenia y Azerbaiyán, entre otras. Y por Ucrania, sobre la que ha animado “a todos los actores implicados a proseguir los esfuerzos dirigidos a alcanzar una paz justa y duradera”.Francisco no ha participado en los ritos de la Semana Santa por su convalecencia, aunque el Jueves Santo visitó una prisión en el centro de Roma, donde se reunió con reclusos. El Pontífice, de 88 años, conocido por su sensibilidad hacia el mundo carcelario, a diferencia de años anteriores, no realizó el tradicional rito del lavado de los pies, que conmemora el gesto de Cristo hacia sus apóstoles, pero quiso mostrar su cercanía a los presos. “Cada vez que entro en estos lugares, me pregunto: ¿por qué ellos y no yo?”, declaró a los periodistas, desde el coche, en su camino de vuelta al Vaticano. “Vivo la Pascua como puedo”, añadió después.Este domingo reapareció para la bendición ‘Urbi et Orbi’ dirigida a la ciudad de Roma y al mundo entero, que solo puede impartir el Papa el día de Navidad y el domingo de Pascua.

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