La noticia del asesinato de Sara Millerey, una mujer transgénero de 32 años, que fue brutalmente torturada y abandonada en una quebrada de Bello, Antioquia, desató todo tipo de reacciones en Colombia.Sin embargo, antes de su muerte, vecinos grabaron con sus celulares los últimos momentos con vida de la mujer, en donde se le observa llorando y gritando, lo que dejó en evidencia la indiferencia de las personas frente a la situación por la que pasó Millerey. El caso de esta mujer revela la violencia que se viene ejerciendo frente a la población Lgbtiq+ en Colombia. Cifras del Observatorio de DD. HH. de la organización Caribe Afirmativo, conocidas por EL TIEMPO, dan cuenta de que en lo que va de año se han registrado 25 homicidios contra esta población. Sara Millerey, mujer transgénero asesinada en Antioquia. Foto:redes socialesLos casos son alarmantes, toda vez que durante el 2024, el Observatorio de DD. HH. de la organización registró 47 casos, es decir, que en los primeros cuatro meses de 2025, se registran más de la mitad del total de casos ocurridos a lo largo del año pasado. En estos primeros cuatro meses, Antioquia se posiciona como el más afectado con 12 casos, lo que representa casi la mitad del total nacional. “Esta cifra sugiere la persistencia de contextos locales particularmente hostiles hacia esta población, posiblemente vinculados a factores estructurales como la presencia de actores armados, dinámicas de criminalidad urbana, o la débil implementación de políticas de protección”, señaló la organización en un comunicado.Le sigue Norte de Santander con 3 casos, mientras que otros departamentos como Bolívar (2), Valle del Cauca (1), Quindío y Bogotá (1) registran cifras menores, pero igualmente preocupantes por su carácter de violencia letal.Hay preocupación por la violencia contra esta población. EL TIEMPO. Foto:iStockEl análisis por orientaciones sexuales e identidades de género de los 26 casos de violencia homicida en 2025 revela que los hombres gays (11 casos) y las mujeres trans (8 casos) son los principales grupos afectados, concentrando el 73% del total de homicidios reportados.“Esta sobrerrepresentación da cuenta de una violencia sistemática motivada por prejuicios profundamente arraigados, especialmente hacia las expresiones de género no normativas y las masculinidades disidentes”, dice la organización.En estos primeros cuatro meses, Antioquia se posiciona como el más afectado con 12 casos. Foto:iStockLa lupa en AntioquiaEl análisis de los homicidios ocurridos en Antioquia durante 2025 muestra, según la organización, que la violencia letal contra personas Lgbtiq+ no solo se concentra en Medellín, la capital departamental, donde hubo 5 casos. También se extiende a municipios intermedios y rurales como Bello (2 casos), Caucasia, Caldas, Hispania, San Roque y Los Andes (con un caso cada uno).Esta distribución territorial revela que los riesgos para las personas de esta población no se limitan a contextos urbanos. También están presentes en zonas periféricas, muchas veces marcadas por el control de actores armados ilegales, la falta de presencia institucional y la reproducción de imaginarios profundamente excluyentes, exponen las cifras.Una preocupaciónPara Wilson Castañeda, director de la organización, el asesinato de Sara es igual de preocupante que los otros 25 que se han cometido a lo largo de este año en el país, pero resaltó que en el de Sara “confluyen” varios argumentos que agudizan la preocupación.“Hay una alta vulnerabilidad que tienen las personas Lgbt, pese a que hay un compromiso de los gobiernos territoriales, seguimos registrando cotidianamente violencia contra las personas de esta población, sobre todo violencia homicida, que además tiene sus principales víctimas en las personas trans, que son las más indefensas del movimiento Lgbt”, dijo Castañeda.Además, indicó que el asesinato de Sara muestra los altos índices de crueldad y sevicia con los que se cometen estos asesinatos: maltratos, violencia física, múltiples impactos con arma blanca, uso de objetos contundentes, degradación de los cuerpos, lo que deja una constancia de que los victimarios no solamente quieren la aniquilación de la víctima, sino mandar un mensaje aleccionador a todas las personas Lgbt.Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo. Foto:EL TIEMPO.“El asesinato de Sara deja constancia de un elemento que también es muy preocupante en Colombia y en la ausencia de respuesta estatal. Sara era una mujer trans que estaba en sí en habitabilidad de calle, que antes de su asesinato había buscado protección por parte del Estado, y no encontró atención. Hoy los gobiernos están pronunciando, condenando el asesinato de Sara y es lo que pasa siempre. En Colombia, el Estado está reaccionando a las demandas de las personas Lgbt cuando hay violencia, pero el Estado no está para ser reactivo, sino para ser preventivo”, indicó Castañeda.El director de Caribe Afirmativo, además, manifestó que el reciente caso reveló los altos niveles de indiferencia social. “Los espectadores se dieron cuenta de que Sara fue gravemente herida, y no brindaron atención, sino al final, cuando se vio grave”.“Esa indiferencia se ha traducido en complicidad, es decir, esa indiferencia de que las personas se ríen de las personas LGBT de que parece que su vida no les importa, es leída por los victimarios como complicidad para sus hechos violentos y por eso terminan aniquilando la vida de las personas LGBT y más.Así las cosas, Castañeda indicó que la Fiscalía debe acelerar los procesos de investigación y “romper con la impunidad”, además de que haga uso de la directiva creada para investigar estos crímenes.Redacción JusticiaJusticia@eltiempo.comMás noticias de Justicia:

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