El grado de Medicina tradicionalmente ha sido muy demandado, pero la pandemia terminó por desatar la fiebre por las carreras de ciencias de la salud, que han alcanzado unas notas de corte desorbitadas. Por suerte para los interesados, la ratio por plaza ha bajado algo ―el Gobierno concedió una dotación extra de dinero para aumentar los puestos en la red pública (22,3 millones en 2024 para 1.548 plazas de primero y segundo de Medicina)― y, pese a ello, en 2024 hubo 10,7 candidatos por plaza de media en las facultades públicas ―no hay un registro de solicitudes único y el mismo estudiante puede postularse en 16 comunidades (La Rioja aún no oferta el grado)―, frente a los 7,8 de hace una década. Se da el extremo de seis universidades que superaron los 20 aspirantes por plaza: Pública de Navarra (38,9), Cantabria (37,2), Baleares (27,6), Oviedo (24,5), Extremadura (21,3) y Salamanca (20,7). Estas ratios desmesuradas no suponen que estas facultades de Medicina tengan luego las notas de corte más altas, porque los estudiantes de fuera, si consiguen plaza en su propia ciudad o cerca, descartan matricularse allí. Eso provoca un lío monumental, porque se producen anulaciones de matrícula en cascada ―que afectan también a otras carreras de ciencias de la salud―, incluso con el curso empezado y llegan a sobrar plazas porque hay facultades que no aceptan nuevos alumnos a mitad de semestre. Las notas de corte más altas el curso pasado fueron en Andalucía: un 13,45 sobre 14 en Sevilla y un 13,41 en Granada. Hay presión social para estudiar el grado, incluso entre los que no tienen vocación, pero sí la nota.La Pública de Navarra (UPNA) e Islas Baleares comparten características: ambas aceptan pocos alumnos en primero ―79 y 85, respectivamente―, lo que hace subir las ratios; y son estudios muy nuevos. En Pamplona se acaba de graduar la primera promoción y en Mallorca en 2022. En UPNA no aciertan a saber a ciencia cierta por qué reciben tantas peticiones, pero creen que puede estar relacionado con que en Pamplona tienen un plan de estudios muy innovador que apuesta por la medicina personalizada; que en segundo hacen prácticas en atención primaria, algo poco usual; o que desde tercero participan en prácticas con actores que simulan estar enfermos y los estudiantes exploran, evalúan, diagnostican y se abordan aspectos éticos o relaciones interpersonales.“No se trata de una cuestión de nota de corte baja —todo lo contrario—, ya que el año pasado fue de 13,06, lo que demuestra el alto nivel de los alumnos que acceden”, se enorgullece, por su parte, la rectora de la Universidad de Cantabria, Conchi López. Enumera varios motivos: prácticas en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla “uno de los centros sanitarios más punteros del país”, un reconocimiento nacional “de la calidad de la formación, la cercanía del profesorado y la buena organización del centro” ―eso explicaría que alumnos que pensaban mudarse a universidades más cercanas a su casa al año siguiente no lo hagan― y cree que el interés aumentará ahora que han logrado el sello de la World Federation for Medical Education (WFME), que solo tienen 16 facultades españolas. El Gobierno de María Guardiola se vale de estos datos de oferta-demanda de plazas (21,3 solicitantes por plaza) para explicar la apuesta de Extremadura por la universidad privada (quieren inaugurar cuatro campus). La idea es que la Universidad Europea de Extremadura imparta en Cáceres Medicina, a unos 23.000 euros el curso (son seis). En realidad, así no se resuelve el problema de no responder a la demanda local, pues se llenará ―como en el resto de sus sedes― de alumnos de todo el país que puedan asumir el coste. En Madrid ya hay más alumnos en primero de Medicina en la privada que en la pública. El rector de la Universidad de Extremadura (pública), Fernández Salguero, en un reciente reportaje en este diario, recordaba que en ciudades pequeñas los hospitales privados no ofrecen todas las especialidades por su tamaño minúsculo o estas no tienen la calidad suficiente para enviar allí a los alumnos a aprender. “¿Y a dónde van a ir en Extremadura los de la Europea?”, se pregunta. Al rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, tampoco le salen los cálculos. Los tres grandes hospitales universitarios de Asturias no pueden, en su opinión, absorber a los más de 200 alumnos de Medicina por curso (son seis) que planea la Universidad Europea en su comunidad autónoma. La ratio de solicitudes en su histórica institución es muy alto (24,5 solicitantes por plaza), pero la demografía no anima abrir más plazas pesando en la población localParadójicamente, en Madrid y Barcelona, polo de atracción laboral y sede de casi todos los hospitales más punteros de España, la ratio no es tan alta. Quizás porque salvo la Pompeu Fabra (73 plazas), ofertan por encima de las 250-300 plazas, pero también son zonas muy pobladas. El alto coste de la vivienda, además, las puede penalizar y la docencia en catalán, en el caso de Barcelona.José María Romeo, autor del blog MIRentrelazados, ha ordenado a las universidades por rendimiento de los alumnos en el MIR [Médico Interno Residente] en los últimos 12 años y encabeza la lista la Autónoma de Madrid, seguida de Barcelona, Castilla-La Mancha, Rey Juan Carlos, Oviedo, Pompeu Fabra, Complutense, Navarra, Autónoma de Barcelona, País Vasco y Valladolid.

La agonía de entrar en Medicina en la pública: seis universidades recibieron más de 20 solicitudes por plaza en 2024 | Educación
Shares: