Se puede deducir a qué generación pertenece alguien sabiendo quién es la persona que se le viene a la cabeza cuando se menciona a Natalia de Operación Triunfo. Los más jóvenes probablemente visualicen a Natalia Lacunza, la navarra de 26 años que quedó tercera en la edición de 2018 del talent show musical. Para el resto, la que responde a ese nombre con esa coletilla no es otra sino ella, Natalia (Sanlúcar de Barrameda, 42 años), que se apellida Rodríguez Gallego, pero pocos lo saben. “Que me digan Natalia de OT no me molesta, sería feo, al final es el programa que me dio a conocer. La culpa fue mía por no ponerme un apellido artístico que a lo mejor me hubiera venido bien, mira Chenoa, que se llama Laura, o Nuria Fergó, que juntó sus dos apellidos. Pero yo qué sé, tenía 18 años, venía de Sanlúcar y no tenía ni idea de nada”, cuenta la cantante gaditana a EL PAÍS.Natalia fue la concursante más joven de aquel fenómeno televisivo que fue la primera edición de OT en 2001. Tenía 18 años cuando entró en la academia y le faltaba una semana para cumplir los 19 cuando salió expulsada en la sexta gala convertida, sin ella saberlo, en un nuevo ídolo musical. “Sinceramente, lo llevé bastante bien, me lo tomé como un juego. Jamás lo sentí como una presión, me parecía divertidísimo”, asegura más de dos décadas después. También fue la primera en publicar un álbum de estudio cuando se acabó el concurso, No soy un ángel. “Cuando lo saqué me decían: ‘Entonces, ¿eres un demonio?’. Y yo pensaba: ‘La verdad es que el título no va nada conmigo porque yo soy muy buena”, recuerda imitándose con voz infantil. Este viernes 6 de junio, 23 años después de aquello, saca su nuevo single y esta vez sí que se siente identificada con el título, Tu Diosa. “Me siento poderosa, muy segura de mí misma y quiero transmitir eso”, dice.Más informaciónEl nuevo tema, compuesto por ella y cantado junto a Rasel, es una fusión de pop con toques de merenguetón, afrobeat y electrónica que se presenta en la nota de prensa como “una llamada a liberarse de los prejuicios”. “Habla de una noche de pasión sexi en la que dejas apartados tus miedos, el qué dirán, en la que si te apetece hacer algo que está un poco prohibido, ¿por qué no hacerlo?”, lo describe ella. Pero también quiere que sirva para trasmitir un mensaje fundamental: “Habla de dejarse llevar, pero siempre poniendo límites, que es algo superimportante, sobre todo para la juventud. De que no todo vale, no hay que hacer siempre lo que quiera la otra persona, sino que uno tiene que saber dónde poner límites en una relación, en una noche de pasión, incluso con amistades y con familia. Saber quién eres tú y si algo no te hace bien, alejarte”.Natalia actuando durante la gala de Navidad ‘Padrinos para el Triunfo’ en diciembre de 2002.David Oller (Cordon Press)La gaditana tiene bastante experiencia en las relaciones sentimentales, pero no tanta en la soltería. Después de acabar su relación de 13 años con el exfutbolista Álex Pérez en 2020, confesó que era la primera vez en toda su vida adulta que no tenía pareja. Empezó un nuevo romance con el empresario Manuel Alves en 2022, pero terminó un año después. “Me arrepiento muchísimo de no haber disfrutado de la soltería en mi juventud”, reconoce. “Cuando estoy con mis bailarinas y me hablan de sus novios, yo les digo: ‘No, por favor no estéis tantos años con una pareja’. Porque te pierdes muchas cosas, al final te adaptas a esa persona, y yo sí que me arrepiento de haber estado tantísimos años en pareja, sobre todo en esa época de experimentar. Al final yo me quedé soltera con 38 años y era como: ‘Vale, no sé ligar, no sé cómo se hace esto’. Pero, sinceramente, lo que no hice de los veintipico a los 37, lo hice de los 37 a los 40″, remata con una sonora carcajada.Vas a volverme loca, de 2002, y Besa mi piel, de 2003, son, probablemente, los éxitos más sonados de Natalia, pero ella reivindica la constancia de sus más de 20 años de carrera musical, en los que a sus fans nunca les ha faltado nueva música ni a ella escenarios a los que subirse ―hasta final de año está inmersa en su tour de 2025 con 14 fechas cerradas, de momento―. “Quiero recalcar que todos mis compañeros del primer Operación Triunfo viven de la música, a un nivel o a otro, pero todos viven y viven bien”, aclara. “Algunos están en musicales, otros produciendo, otros son profesores de canto o están en programas de televisión, y otros estamos más al pie del cañón, haciendo conciertos. Que igual no cobras una millonada, pero el hecho de que no suenes en la radio, que al final suenan cuatro personas, o que no salgas en programas de televisión no significa que no estés trabajando, ganándote tu dinero y manteniéndote bastante bien”, defiende.De programas de televisión ella sabe bastante porque fue la primera triunfita en trabajar como presentadora. Primero lo hizo en Club Megatrix (2003-2007), donde compartía pantalla con Daniel Diges o Jordi Cruz. Más tarde fue la copresentadora de aquel Grand Prix del verano de 2008 y 2009 junto a Bertín Osborne, o de Menuda noche (2015-2016) junto a Juan y Medio. Dice que lo echa mucho de menos. “Tenía un poco ese rol de la chica sexi y tal, pero ya en el último programa que estuve presentando, Fenómeno fan (2016 y 2017), que era para Disney Chanel y distintas autonómicas, me sentía más presentadora, manejando un programa de prime time en el que ya no iba de chica sexi, iba como presentadora y eso sí que me gustaba”, reconoce.”Yo me quedé soltera con 38 años y era como: ‘Vale, no sé ligar, no sé cómo se hace esto’. Pero, sinceramente, lo que no hice de los veintipico a los 37, lo hice de los 37 a los 40″, dice Natalia.Jaime VillanuevaTampoco descarta su faceta de concursante. Después de OT, participó en concursos como Splash: famosos al agua y en 2013 fue como invitada a una gala de Tu cara me suena en la que imitó a Britney Spears. “Me encantaría concursar en Bailando con las estrellas, me fliparía… ¡Eso ponlo!“, solicita riendo. ”Me encantaría también un Maestros de la costura, porque coso bastante chapucero, pero me gusta, o un MasterChef, que me flipa cocinar”, enumera. Lo que no le interesa es Eurovisión. “El fenómeno que se ha formado con Melody ha sido un bum espectacular y a ella le ha venido genial. Hemos compartido la misma ruta de conciertos durante muchísimos años y me alegro por ella, porque se merece que le den su reconocimiento. Pero a mí no me gustaría ir porque hacen daño las críticas, hace daño que todo el mundo te diga lo bien o mal que lo haces, lo bien o mal que cantas, si le gusta la ropa, la canción… Si no está todo muy bien amueblado te puede hacer chiquitita y te puede crear una inseguridad muy grande. Yo no quiero tener ese foco”, aclara.Aunque han pasado 23 años desde que se dio a conocer, la imagen de Natalia apenas ha cambiado. Mantiene su larga melena rubia, su amplísima sonrisa y una naturalidad que no se ha corrompido. Llega puntual después de hora y media de trayecto, critica la hora punta de las carreteras madrileñas y antes de que empiece la entrevista ya está planeando dónde irá luego a comprarse unas medias para seguir por la tarde con la promoción. ― Hazme alguna fotillo así como de lejos como de: “Mañana de promo” ―le pide a su equipo, cuyo núcleo tampoco ha cambiado en dos décadas.Las redes sociales no existían cuando se hizo famosa, algo que agradece. “Por un lado, me alegro mucho por mi salud mental, porque cualquiera detrás de una pantallita tiene derecho a decir lo que le dé la gana sin pensar que su comentario va a hacer daño. Si a los 18 hubiera visto a la gente ponerme a parir a lo bestia a lo mejor me hubiera hecho pequeñita y me hubiera planteado seguir adelante”, admite. “Pero, por otro lado, si nosotros hubiéramos tenido redes sociales en aquella época, imagínate los seguidores que hubiéramos tenido y lo que hubiéramos movilizado”, se plantea.Estos meses se están llevando a cabo los castings de la nueva edición de OT y Natalia tiene un consejo cargado de realismo para los futuros participantes: “Les diría que es una plataforma muy guay, pero que no todos van a salir de ahí con carreras, no todos van a llenar estadios, y digo estadios como digo conciertos de ayuntamientos o festivales. Y que sepan que de 16 personas, a lo mejor una, dos o tres van a tener una carrera musical. Porque luego vienen los problemas de salud mental y las decepciones cuando sales de un programa con mucha audiencia y ves que nadie te contrata”. Para ella, OT lo cambió todo. Cambió Sanlúcar de Barrameda por Madrid y dejó atrás su entorno de toda la vida para formar uno nuevo. “No tengo muchos amigos, pero los que tengo son de verdad”, considera. “Cuando estoy mal a las cuatro de la mañana, levanto el teléfono y sé que ellos están ahí, al igual que yo estoy para ellos. Es muy importante cuidar a tus amistades, a las que realmente sabes que van a estar ahí para toda la vida”, comenta. Entre esas amistades hay nombres anónimos y otros sobradamente conocidos: “Una de mis mejores amigas es Laura [Chenoa]que además somos medio vecinas. También tengo muchísima relación con Geno, con Gisela, con Manu Tenorio, con Alejandro Parreño… Son con los que más hablo”.De izquierda a derecha, Geno, Alejandro Parreño, Natalia y Chenoa, en un evento en Madrid en diciembre de 2022.Francisco Guerra (Europa Press/Getty Images)En 2024, la cantante compartió por Instagram, donde tiene 250.000 seguidores, las fases del proceso de congelación de óvulos al que se había sometido en previsión de una futura maternidad que cada vez le apetece menos. “Nunca vi el momento para ser madre ni encontré a la pareja ideal para formar una familia”, asegura. “He sido muy amante de mi independencia, no me gustan las rutinas, y creo que nunca me sentí preparada para tener un bebé y que esa persona dependiera de mi 100%”, explica. “Hay que respetar a las mujeres que no quieren ser madres y más a día de hoy, que no tenemos ni opción a una vivienda digna. Yo tuve suerte porque salí de un programa exitoso gracias al que pude invertir, pero tengo amigas de mi edad que viven en pisos compartidos de 30 metros. Lo que sube la inflación a día de hoy no tiene nada que ver con lo que suben los sueldos, así que, ¿cómo mantienes a un niño si no te puedes mantener ni a ti misma?“, reflexiona. Dice que hasta los 18 años se crió en el campo, sin vecinos, clases extraescolares ni amigos con los que jugar por las tardes. Pero no lo cuenta con pena, sino más bien como una aspiración de cara al futuro. “Dentro de unos años lo que me gustaría es tener mi casa en el campo con mi gallina, mi parcelita, mis historias y estar tranquila”, anhela. Pero eso será cuando se canse de cantar: “No voy a dejar la música, voy a trabajar de ello hasta que el público quiera, hasta que la gente siga llamándome y llevándome a sus conciertos. Y cuando no sea así, me iré felizmente con mi huerto y mis animales”.

OT : Natalia, cantante: “Si a los 18 hubiera visto a la gente ponerme a parir en redes me hubiera planteado seguir adelante” | Gente
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